Tatuaje al estilo tradicional, pero en el siglo XXI

El tatuaje en su forma artesanal es increible, es todo un ritual de lo más pintoresco, que es un verdadero placer digno de admiración. Pero es un proceso costoso y complejo que exige al tatuador un dominio casi perfecto y una técnica ejercitada por años para lograr hacer un buen diseño de tatuaje.
Con la llegada de la máquina eléctrica de hacer tatuajes (que ya tiene bastantes años), el arte de tatuar se hizo mucho más eficaz, pero hay quienes realmente notan la diferencia entre un tatuaje hecho con máquina moderna y un tatuaje a la antigua, tradicional.
De vez en cuando algún fanático decide retomar las raices más espirituales del tatuaje y hacerse un tatuaje como es debido. Es el caso de Kotetsu Boku ("el tigre coreano", para los amigos), un experto en artes marciales que decidió tatuarse al costado de las costillas un gran tigre en honor a su apodo.
El tatuaje se lo hizo en "Tattoo Soul", en Ikeboro, Corea. El artista que lo tatuó se llama Akilla, de la familia Hirotoshi. Utilizó el método "Tebori", que por lo que tengo entendido es la forma aceptada de "Irezumi" ("insertar tinta" en japonés). Aparentemente el método "wabori" es el tipo de "Irezumi" prohibido, ya que está asociado con los yakuza y no se lo puede tatuar por ser deportista.

El método “Irezumi” ya lo hemos comentado más de una vez. Es una técnica tradicional de Japón que consiste en tatuar a mano con agujas hechas de caña de bambú. El proceso es igual al de la máquina electrónica, pero manual: se golpea repetidas veces con la vara, insertando la tinta gradualmente bajo la piel. Con el tiempo la tradición se adaptó a las tecnologías, y hoy las filas de agujas son de acero .
El "irezumi" es un método muy duro, doloroso, que puede llegar a tardar años de sesiones. Además, es caro, llegando a costar 30.000 euros.
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